Hay algunos que se pasan el día pendiente de los demás, preocupándose de cada detalle de su alrededor para que todo sea perfecto, para que todo vaya bien.
Hay veces que esas personas pasan tanto tiempo de su vida pendiente y ayudando a los demás que ni siquiera se dan cuenta del daño que se están haciendo a ellos mismo.
Es fácil pensar que la felicidad de los demás te es suficiente para ser feliz tú mismo, pero llega un momento en el que te das cuenta de que eso no es así. Te das cuenta, cuando todos a tu alrededor están felices y sonrientes, y miras en tu interior y te das cuenta de que esa felicidad que creías poseer no la tienes, entonces, te pararás a pensar si todo lo que anteriormente has echo, ayudar, preocuparte, desmoronarte los sesos en busca de soluciones o simplemente hacer que todos sean felices a valido la pena; o solamente que algunas de esas personas de las que has estado pendiente todo el tiempo que has podido y de las que te has preocupado lo suficiente o más estarán a tu lado cuando tú lo necesites.
